El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, se encuentra atravesando una situación que, dentro del ámbito político podría considerarse «crítica», esto siempre dentro de lo preliminar, quedando fuera de un escaño para reelegirse como diputado.
Tras haber sido elegido para el parlamento hondureño en los pasados comicios bajo la bandera del Partido Salvador de Honduras (PSH), siendo luego el «ungido» de Libre para quedarse con la presidencia de este poder del Estado, cambiando su bandera y luego uniendóse al oficialismo, pese a su «lealtad» a Salvador Nasralla, a quien acompañó tanto en el PSH como en el Partido Anticorrupción (PAC).
Hoy, la situación que rodea a Redondo es una mucho más compleja que la que vivió en comicios anteriores, quedando muy por debajo del corte de diputados por el departamento de Cortés, donde, la posibilidad que pueda volver a salir electo es, en cada conteo, un poco más complicada.
Redondo, quien al momento de ejercer su sufragio fue abucheado por parte de votantes en el Instituto San Vicente de Paúl, manifestó que lo importante «es que el pueblo salga a votar masivamente», comparando el griterío con la «bulla» de la afición de la selección de Honduras con todo lo que se le fue manifestado.
Hasta el momento, la situación del presidente del Poder Legislativo se mantiene como una moneda en el aire, donde el escrutinio general será, junto a las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), quienes dictarán si estará o no dentro de los parlamentarios que obtendrán el «espaldarazo» del pueblo para ser un funcionario por cuatro años más.

