Lando Norris y Oscar Piastri fueron descalificados por una infracción técnica en sus monoplazas tras el Gran Premio de Las Vegas y la lucha por el título de la Fórmula 1 está que arde. Esta decisión, adoptada tras una exhaustiva inspección post-carrera, reconfiguró la clasificación del campeonato y reavivó las opciones de Max Verstappen en la recta final de la temporada.
La sanción se originó cuando los delegados técnicos de la FIA detectaron que el desgaste de los patines de resina —ubicados en la parte inferior de los McLaren MCL39— era inferior al mínimo reglamentario de nueve milímetros, tal como exige el artículo 3.5.9 del Reglamento Técnico. Las mediciones, realizadas con un micrómetro de alta precisión, arrojaron valores de 8,88 mm y 8,93 mm en el coche de Norris, cifras que se confirmaron en presencia de los comisarios y representantes del equipo. El informe oficial de la FIA, citado por Formula1.com, especificó: “Los patines traseros se volvieron a medir en presencia de los Comisarios y los tres representantes de McLaren, y dichas mediciones confirmaron que no cumplían con el reglamento. Las mediciones relevantes fueron incluso inferiores a las medidas originalmente por el Delegado Técnico”.
Ante esta situación, los comisarios escucharon los argumentos de McLaren, que alegó circunstancias atenuantes como la presencia de baches inesperados en el circuito, la reducción de las sesiones de entrenamientos por condiciones meteorológicas adversas y la limitada oportunidad de pruebas. El equipo también sostuvo que la infracción fue menos grave que otras ocurridas en la temporada. Sin embargo, la FIA mantuvo su postura y subrayó que “ni el reglamento ni los precedentes preveían ninguna sanción aparte de la habitual (es decir, la descalificación)”, y que “la infracción fue involuntaria y que no hubo un intento deliberado de eludir el reglamento”.

