Las remesas enviadas a Honduras desde Estados Unidos representan actualmente el 88% del total recibido por el país y han experimentado un aumento significativo tras el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS).
Este flujo de dinero se ha convertido en un elemento crucial para la economía familiar y local, dado que muchas familias dependen de estos recursos para cubrir sus necesidades básicas.
Los fondos provenientes del exterior se destinan principalmente a alimentación, vivienda, educación y atención médica, lo que evidencia la relevancia de las remesas como soporte económico frente a la falta de ingresos estables dentro del país.
Este aumento también refleja la resiliencia y el esfuerzo de los migrantes hondureños que continúan apoyando a sus familiares desde el extranjero.

