La ciudad suroriental china de Shenzhen está desarrollando planes para la evacuación de 400 mil personas ante la aproximación del supertifón Ragasa, mientras que 10 mil personas abandonaron sus casas en Filipinas para ir a zonas seguras.
Ragasa, según las autoridades locales, podría ser el de mayor impacto en la ciudad desde 2018 y, por tal razón, ya se han activado mecanismos de emergencia, como el cierre del aeropuerto.
Shenzhen tiene unos 17 millones de habitantes y está contemplado el traslado preventivo de población en las áreas que podrían verse más afectadas.
El Centro Meteorológico Nacional de China ha informado este lunes que Ragasa, el decimoctavo tifón del año en China, cruzará este lunes el estrecho de Bashi, que separa Taiwán y Filipinas, y entrará en la madrugada del martes en el noreste del mar de China Meridional.
Por otra parte, Filipinas ha ordenado evacuaciones en el norte del país el domingo. Tanto oficinas como escuelas permanecerán cerradas el lunes en la región de Manila y en 29 provincias.
El especialista climático filipino John Grender Almario declaró el domingo a periodistas que se esperan «inundaciones y deslizamientos severos» al norte de la isla principal de Luzon, donde se ubica la capital, Manila.
Hace unas horas, el viento de Ragasa soplaba a 215 kilómetros por hora (km/h) en el centro de la tormenta, con ráfagas de hasta 295 km/h.

