La guerra civil en Sudán se ha intensificado en 2025, causando la muerte de 3.384 civiles en los primeros seis meses del año, según un informe de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos. La cifra confirmada subestima la realidad, pero ya se acerca a los 4.238 muertos registrados en todo 2024.
El 70 % de estas víctimas perecieron en enfrentamientos armados, incluidos ataques de drones, artillería y bombardeos aéreos en zonas densamente pobladas, mientras que casi mil fallecieron fuera de combates, muchas en ejecuciones sumarias que incluyeron a menores.
Darfur se ha convertido en el epicentro del conflicto, con El Fasher como escenario de intensos ataques paramilitares, mientras que Kordofán y Jartum también registran graves violaciones de derechos humanos. Entre febrero y abril se triplicaron las ejecuciones sumarias en la capital, coincidiendo con la recuperación del control por parte del ejército.
El informe denuncia además violencia sexual como arma de guerra, ataques a infraestructura vital y la muerte de al menos 30 trabajadores humanitarios y siete periodistas. La ONU advierte que Sudán enfrenta la peor crisis humanitaria del planeta, con 24,6 millones de personas en inseguridad alimentaria grave.

