La viceprimera ministra del Reino Unido, Angela Rayner, presentó su renuncia este viernes luego de que un informe ético confirmara que violó el código ministerial al no pagar 42.000 libras de impuestos de timbre en la compra de una vivienda.
Aunque se determinó que actuó de buena fe y mal asesorada, el comité concluyó que incumplió con los estándares de conducta exigidos a un miembro del gabinete.
La dimisión supone un duro golpe para el primer ministro Keir Starmer, quien había defendido a su número dos en medio del escándalo.
Asimismo, la salida de Rayner abre la puerta a una inevitable reconfiguración del gabinete laborista, apenas 14 meses después de que el partido asumiera el poder.
Rayner, de origen sindicalista y considerada una figura clave de la izquierda moderada, también renunció a la vicepresidencia del Partido Laborista. Su partida no solo debilita al gobierno, sino que deja en suspenso la carrera de sucesión dentro de la formación política.

