Las fuerzas de seguridad de Haití han utilizado drones suicidas para atacar a miembros de las bandas armadas que controlan Puerto Príncipe, provocando la muerte o heridas graves a cientos de pandilleros durante los últimos cinco meses.
Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), al menos 300 subalternos fueron asesinados y más de 400 resultaron heridos, aunque los líderes de las bandas siguen escapando. Entre abril y junio de 2025, el 36 % de las muertes durante operaciones policiales se atribuyó a drones explosivos, según la ONU.
El primer ministro Alix Didier Fils-Aimé informó que estas operaciones forman parte de un plan más amplio de seguridad implementado por la Presidencia y el Consejo Presidencial de Transición, con el apoyo de la unidad francesa RAID para capacitar a 360 agentes de élite en el uso de drones.
Sin embargo, la ONG RNDDH cuestiona la efectividad de la estrategia, señalando que los ataques no logran capturar a los jefes de las bandas y podrían estar recibiendo información previa para escapar.
Además, los drones han causado daños colaterales, incluido el accidente del 19 de agosto que terminó con la muerte de dos agentes de la unidad SWAT en Kenscoff. Activistas y organismos de derechos humanos advierten que, pese a los resultados letales sobre subalternos, la estrategia es insuficiente para estabilizar el país, que sigue sumido en una crisis de violencia con más de 1.500 muertos y 600 heridos solo en el segundo trimestre de 2025.

