El Club Deportivo Motagua celebra este viernes sus 97 años de fundación, consolidado como uno de los equipos más grandes y exitosos del fútbol hondureño. Nacido en Tegucigalpa en 1928, el conjunto azul ha escrito casi un siglo de historia en la Liga Nacional, donde ha conquistado 19 títulos junto a múltiples participaciones internacionales.
El club no solo es reconocido por sus trofeos, sino también por las figuras que han vestido su camiseta y que con el paso del tiempo se convirtieron en verdaderos ídolos para su afición. Entre ellos destacan jugadores que marcaron generaciones distintas, pero que en conjunto han dado identidad al azul profundo.
Uno de los nombres más recordados es Reynaldo Clavasquín, defensa aguerrido de los años 90, que se ganó el respeto de compañeros y rivales por su liderazgo en la zaga. Fue parte de títulos importantes y se convirtió en capitán, símbolo de carácter y entrega en el terreno de juego.
La lista de leyendas también incluye a Júnior Izaguirre, otro defensa que se distinguió por su solidez y por ser uno de los futbolistas con más presencias en la historia del club. Su trayectoria de más de una década lo colocó como referente en el camerino y pieza clave en los títulos logrados durante su carrera.
En el mediocampo, Amado “Lobo” Guevara ocupa un lugar especial. Considerado el máximo ídolo del club, brilló con Motagua en varias etapas de su carrera y fue líder indiscutible dentro y fuera de la cancha. Su visión de juego, calidad técnica y carácter lo convirtieron en capitán histórico y referente también de la Selección Nacional.
En ataque, la afición guarda un cariño especial por dos goleadores de épocas diferentes. Rubilio Castillo es el máximo anotador en la historia del Motagua y símbolo de la era reciente, con goles decisivos que le dieron títulos al club. Mientras tanto, el brasileño Jocimar Nascimento se metió en el corazón azul con su carisma y celebraciones, además de sus anotaciones en clásicos y finales.
Hoy, en sus 97 años, Motagua celebra no solo los campeonatos obtenidos, sino también a los futbolistas que ayudaron a construir su grandeza. La ruta hacia el centenario se abre con el desafío de seguir sumando títulos y de mantener viva la tradición que ha hecho del azul profundo un orgullo para Honduras.

