El expresidente brasileño Jair Bolsonaro reaccionó con dureza tras las medidas cautelares impuestas por el Supremo Tribunal Federal (STF), que incluyen el uso de una tobillera electrónica, arresto domiciliario nocturno, y la prohibición de comunicarse con diplomáticos o ingresar a embajadas.
“La orden judicial busca humillarme”, aseguró Bolsonaro ante los medios, denunciando una persecución política en su contra.
“Los próximos pasos dependen de mis abogados”, dijo, aunque dejó claro que no piensa abandonar el país: “Nunca pensé en huir de Brasil”.
También expresó que “no tiene la menor duda” de que el proceso judicial en su contra es una vendetta impulsada por sus adversarios políticos.
Las declaraciones se dan en un momento crítico, luego de que la Policía Federal acusara a Bolsonaro y a su hijo Eduardo de colaborar con funcionarios estadounidenses para imponer sanciones a autoridades brasileñas.
Por su parte, la Corte Suprema advirtió que, si el exmandatario incumple las restricciones, podría ser detenido.

