Las investigaciones realizadas por la Brigada de Tráfico de la Guardia Civil de Zamora han confirmado que el accidente mortal en el que fallecieron el futbolista del Liverpool, Diogo Jota, y su hermano André Silva, se debió a una combinación de exceso de velocidad y un fallo en una de las ruedas del vehículo.
El siniestro tuvo lugar la madrugada del pasado 3 de julio, alrededor de las 00:40 horas, en el kilómetro 65 de la autovía Rías Bajas (A-52), en sentido Benavente. Los hermanos viajaban en un Lamborghini en dirección a Santander, donde iban a embarcar en un ferri rumbo a Inglaterra.
Diogo Jota tenía previsto reincorporarse a la pretemporada del Liverpool, tras haber pasado unos días en Portugal, y se desplazaba por tierra debido a una contraindicación médica para volar, a causa de un problema pulmonar.
Tal como se había especulado en un primer momento, el vehículo sufrió el reventón de uno de los neumáticos, posiblemente durante un adelantamiento. La pérdida de control provocó la salida del coche de la calzada y su posterior incendio, que calcinó completamente el turismo. Cuando llegaron los servicios de emergencia, los cuerpos ya no pudieron ser rescatados con vida.
El análisis de las marcas en el asfalto ha sido determinante para esclarecer las causas del impacto. Los técnicos del subsector de Tráfico de la Guardia Civil aún están finalizando el informe pericial, que será remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puebla de Sanabria, encargado de las diligencias judiciales del caso.
Las investigaciones apuntan a que Diogo Jota era quien conducía el Lamborghini en el momento del accidente. El exceso de velocidad en un tramo limitado, libre de ser un punto nergro y el fallo mecánico de la rueda resultaron fatales. El informe forense, por su parte, sigue «en curso», y se centrará en examinar las condiciones físicas del conductor y la dinámica exacta del siniestro.
El accidente se produce apenas once días después del enlace matrimonial de Jota con su pareja de toda la vida, Rute Cardoso, con quien tenía tres hijos pequeños, la menor de tan solo ocho meses. La tragedia ha dejado una profunda consternación en el mundo del fútbol, especialmente entre la afición del Liverpool, que ha rendido múltiples homenajes al delantero portugués.
Su hermano, André Felipe Silva, también era futbolista profesional y militaba en las filas del Penafiel, equipo de la segunda división portuguesa.
