Jimy Hernández inició con entusiasmo su primer día como guardia de seguridad en un autolote del barrio Guamilito, en San Pedro Sula. Sin embargo, su jornada terminó en tragedia tras un violento intento de asalto por parte de sujetos que llegaron vestidos de médicos.
Fue el martes 24 de junio, que un grupo de delincuentes ingresó al local simulando ser clientes. Tras acercarse a la recepcionista, intentaron ejecutar un asalto armado.
Jimmy y su compañero Wilmer Hernández intentaron frustrar el crimen, desencadenando un tiroteo. Ambos resultaron heridos, pero Jimmy falleció minutos después en un hospital debido a la gravedad de sus heridas.
El joven, originario de San Antonio de Sulaco, Yoro, tenía muchos planes para su futuro, por lo que había venido a la capital en busca de mejores oportunidades de vida, sin imaginar que los maleantes no solo le arrebatarían ese sueño, sino también, su vida.

