En un zarpazo letal y que le colocó el último clavo al ataúd que ahora mantendrá “tres metros bajo tierra” a la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), diputados del Congreso Nacional no lograron consensos y, en una “jugada” coordinada entre todas las bancadas, no aprobaron las reformas necesarias para la instalación del mecanismo anticorrupción en el país.
Pese a los votos a favor de la bancada oficialista, la cual decidió no dar cabida a negociaciones en puntos que no eran afines a la ideología de la oposición, el mecanismo anticorrupción perdió cualquier tipo de “esperanza” para arribar al país, en un nuevo episodio de “potra” entre los legisladores, quienes culpan a sus contrincantes sobre el lamentable episodio en este poder del Estado.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió al Congreso que modifique varias leyes que, según el organismo, protegen la corrupción en lugar de combatirla. Esta solicitud era clave para que finalmente pudiera instalarse la CICIH en el país, donde, entre los cambios urgentes estaban la eliminación de normativas que blindan a funcionarios y limitan las investigaciones por actos ilícitos. La ONU dejó claro que, sin estas reformas, no hay condiciones para que la comisión funcione con independencia y eficacia.