Con el corazón destrozado y entre cantos que evocaban esperanza eterna, la familia, amigos y comunidad cristiana sepultarán este lunes al pastor adventista Elías Guardado Mejía, de 29 años quien fue hallado sin vida con varios impactos de bala a la orilla de la carretera que conduce hacia el municipio de Erandique, Lempira.
Tras horas de velatorio en la iglesia donde predicaba la palabras de Dios, el cuerpo del pastor fue trasladado el domingo desde San Juan hacia el departamento de Atlántida para darle el último adiós.
Elías no solo era un líder espiritual, también era esposo, padre y un hombre profundamente entregado a su fe y al servicio de los demás. Lamentablemente, su ausencia deja un vacío imposible de llenar en su iglesia, en su hogar y en los corazones de quienes lo conocieron.
Antecedentes del crimen
El joven pastor fue reportado como desaparecido el viernes 14 de junio cuando se dirigía a devolver un vehículo que había pedido prestado a uno de los misioneros, sin imaginar que ese trayecto sería el último que recorrería, ya que, su cuerpo fue encontrado con varios impactos de bala a las orillas de la carretera que conduce al municipio de Erandique a la altura de Barrio Nuevo.
Su familia, sumida en un profundo dolor, trasladó el cuerpo del occiso a una funeraria en San Juan.
Hasta el momento se presume que su asesinato pudo haber sido motivado por el robo del vehículo, ya que este no ha sido localizado.
Crímenes contra lideres cristianos en ascenso
Lastimosamente, el caso de Elías se suma a una escalofriante tendencia de violencia contra líderes cristianos en el país.
En lo que va de junio, tres líderes religiosos han sido asesinados. El pastor Yonis Zepeda fue ultimado en su vivienda en El Corpus, Choluteca, el 10 de junio, y apenas unos días antes, el delegado Hipólito Montes Orellana fue asesinado en Las Balitas, Yoro.
Un clamor de justicia
Por los momentos, las autoridades policiales no han esclarecido el móvil del crimen y continúan con las investigaciones. Mientras tanto, la comunidad religiosa hondureña clama al cielo y a las autoridades por justicia.
Hoy, entre lágrimas y oraciones, Elías será sepultado, pero su voz, su fe y su legado, permanecerán vivos en quienes encontraron en él un verdadero pastor de corazón y con el llamado de Dios.
