Honduras enfrenta una posible pérdida de hasta 500 millones de dólares anuales si Estados Unidos aprueba un impuesto del 5% a las remesas enviadas desde su territorio.
Esta propuesta, impulsada por legisladores republicanos y respaldada por la administración Trump, se encuentra en discusión en el Comité de Arbitrios de la Cámara de Representantes. De implementarse, afectaría directamente a millones de hogares que dependen de estos envíos para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación.
Economistas advierten que esta medida tendría consecuencias devastadoras para la economía hondureña. Las remesas representan aproximadamente el 28% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y son una fuente crucial de divisas.
La reducción en el flujo de remesas podría generar presiones sobre el tipo de cambio, disminuir las reservas internacionales y desincentivar el consumo interno. Además, existe el riesgo de que los migrantes opten por canales informales para enviar dinero, lo que complicaría la regulación financiera y aumentaría los riesgos asociados.
Ante esta situación, expertos y autoridades hondureñas instan al gobierno a establecer un diálogo diplomático con Estados Unidos para evitar la implementación de este impuesto.

