El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, rechazó firmar las invitaciones a las delegaciones de los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua para la ceremonia de cambio de mando del próximo 1 de marzo.
La decisión, que impide la presencia de enviados de estos países en la asunción de Yamandú Orsi, responde a la postura del mandatario saliente de no reconocer a dictaduras.
La solicitud de invitación fue tramitada por el equipo del gobierno electo, que incluyó en la lista a todos los países con los que Uruguay mantiene relaciones diplomáticas. Sin embargo, la falta de la firma de Lacalle Pou impide que las invitaciones sean cursadas, informó un periódico local.
El medio citado indicó que el gobierno entrante fue informado sobre esta decisión, de la cual el presidente evitó hacer declaraciones.

Un conflicto diplomático en la transición
El criterio de invitar a estos países había sido defendido por el partido Frente Amplio, que sostiene que la relación institucional debe primar sobre las diferencias ideológicas. Orsi y dirigentes de la coalición de izquierda han reiterado que Uruguay debería extender invitaciones a todos los Estados con representación diplomática en el país, independientemente de su sistema de gobierno.
Sin embargo, la postura del gobierno saliente ha sido clara desde el inicio del mandato de Lacalle Pou. En 2021, el mandatario tuvo un duro cruce con Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel en una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuestionando la falta de democracia en sus países.

Además, Lacalle Pou expresó su apoyo a la oposición venezolana, manteniendo un diálogo fluido con María Corina Machado y con el presidente electo, Edmundo González Urrutia, a quien considera el legítimo ganador de las elecciones de julio pasado en el país caribeño.
El pasado 4 de enero, Lacalle Pou recibió a González Urrutia en la residencia presidencial, donde el venezolano le entregó actas de la elección que prueban su victoria sobre Maduro. En ese encuentro, el presidente uruguayo acompañó a González Urrutia hasta la calle, donde este último se dirigió a simpatizantes y agradeció el respaldo del gobierno de Uruguay.

La relación entre ambos países se ha deteriorado progresivamente. La última funcionaria diplomática uruguaya en Caracas fue expulsada por el régimen de Maduro, dejando la embajada con personal exclusivamente local.

