La mujer se las ingenió para arrastrar la silla hasta donde guardaba un arma, tomarla y disparar al ladrón.
Una mujer de 85 años de Idaho (Estados Unidos) no se enfrentará a cargos penales por matar a un hombre que, según los fiscales, amenazó su vida durante un allanamiento de morada el mes pasado.
El fiscal del condado de Bingham, Ryan Jolley, revisó el incidente y finalmente decidió que para Christine Jenneiahn estaba «justificado tomar todos los medios necesarios para defenderse a sí misma y a su hijo» la noche en que disparó y mató al presunto invasor de la casa, Derek Condon, el pasado mes de marzo.
En su reseña del incidente, que la Oficina del Sheriff del condado de Bingham compartió en Facebook, Jolley relató los hechos, revelando cómo Condon allanó la morada de la mujer en mitad de la noche, mientras su hijo discapacitado también estaba en la casa.
Según los fiscales, citando las declaraciones de Jenneiahn y una investigación, el incidente ocurrió alrededor de las 2:00 de la madrugada del 13 de marzo de 2024. Tanto Christine como su «hijo discapacitado David» estaban en casa y dormidos en ese momento, cuando un hombre identificado más tarde como Condon » que vestía una chaqueta militar, pasamontañas negros y la apuntaba con una pistola y una linterna», la despertó.
El informe indicó que la evidencia de sangre sugiere que Condon «probablemente» golpeó a Christine en la cabeza mientras yacía en la cama, antes de esposarla y llevarla a otra habitación, donde luego la esposó a una silla de madera.
«Condon luego le preguntó dónde se guardaban los objetos de valor en la casa, y le puso la pistola en la cabeza después de que ella le dijera que no tenía mucho», prosigue el relato
El fiscal del condado dice que Jenneiahn dijo a Condon que había dos cajas fuertes en el piso de abajo. Mientras buscaba los objetos de valor, Condon supuestamente se dio cuenta de que el hijo de Jenneiahn también estaba en casa «y se enfadó con Christine por no decírselo», antes de amenazarla con matarla.
«En un momento, mientras Condon estaba abajo, Christine arrastró la silla a la que estaba esposada a su dormitorio y sacó su revólver Magnum 357 de debajo de su almohada», continuó la cuenta oficial de la Oficina del Sheriff. «Luego regresó a la sala de estar y escondió el revólver entre el reposabrazos y el cojín de un sofá al lado de donde estaba sentada y esperó a ver qué hacía Condon a continuación».
El informe señaló que el recuerdo de Jenneiahn de lo que sucedió después «sigue siendo algo confuso», pero dijo que ella «finalmente tomó la decisión de que era ‘ahora o nunca'» cuando el delincuente regresó a la sala de estar, y fue entonces cuando ella sacó su arma y disparó dos veces.
El ladrón respondió al fuego, alcanzando a Jenneiahn en el abdomen, la pierna, el brazo y el pecho, antes de retirarse a la cocina, donde murió.
Mientras tanto, Jenneiahn permaneció esposada a la silla durante unas 10 horas antes de que su hijo bajara, le diera un teléfono y ella llamara al teléfono de emergencias 911. Luego recibió tratamiento por sus heridas y sobrevivió.
Una investigación posterior encontró el coche de Condon cerca de la casa de Jenneiahn, con huellas que conducían hacia la casa de la víctima, así como un destornillador junto a una ventana rota en la parte trasera de la casa de Christine. En el cuerpo de Condon, la policía encontró «un juego de ganzúas, la llave de su coche, una llave de esposas y una bolsa que contenía artículos que había robado de la residencia».
El sheriff Jolley concluyó que Jenneiahn había actuado en defensa propia y que la muerte de Condon fue un homicidio justificable, según la ley de Idaho, y dijo que el incidente «también presenta uno de los actos de autoconservación más heroicos de los que jamás haya oído hablar».
Resumiendo, los supuestos acontecimientos de la noche para respaldar su decisión, escribió: «Condon todavía estaba en el acto de su violento allanamiento de morada cuando Christine decidió atacarlo con fuerza letal. Le había dicho a Christine que la mataría varias veces, irrumpió en su casa en mitad de la noche, la esposó a una silla y la golpeó con su arma de fuego. Su hijo discapacitado estaba abajo en su habitación. Ella también tiene 85 años. Cualquier persona razonable hubiera creído necesario defenderse a sí misma o a su hijo discapacitado en tales circunstancias.»
«Que Christine haya sobrevivido a este encuentro es realmente increíble. Su valor, determinación y voluntad de vivir parecen ser lo que la salvó esa noche», escribió Jolley.
