Como cada Jueves Santo, el paso del Ecce Homo se convirtió en el protagonista de la jornada religiosa. El paso que saca en procesión es conocido por el Ecce Homo, una imagen que representa a un cristo joven y barbado, sentado, asumiendo el escarnio al que fue sometido.
Atadas las manos, lleva ceñida a la cabeza la corona de espinas; una caña entre las manos y un gran manto de terciopelo rojo. La imagen se asienta sobre un bello carro de madera oscura y dorada, con ocho faroles que la iluminan.