Pastores hondureños viajan hasta la ciudad de Madrid, España, para humillarse en oración, ayuno y evangelismo ante Dios y suplicar por una Honduras que viva en paz.
Dicha actividad tiene como fin que cada vida se una para declarar un avivamiento entre toda la comunidad evangélica hondureña que reside en España.
Según los pastores, Honduras necesita personas que se levanten a clamar por la violencia, muertes, y otros males que acechan en el territorio hondureño, porque solo así la nación podrá cambiar.