El presidente de Francia, Emmanuel Macron, solicitó al jefe de Estado de China, Xi Jinping, equilibrar la relación económica entre el gigante asiático y la Unión Europea (UE), cuyo balance comercial es muy favorable a Beijing.
Macron y Xi hablaron el jueves, según un comunicado divulgado por el Palacio del Elíseo, en el que analizaron también la distribución de vacunas, test y tratamientos médicos contra el coronavirus en los países pobres y la lucha contra el cambio climático.
El líder francés recalcó al mandatario asiático, tras el acuerdo para un tratado entre la UE y China sobre inversiones recíprocas, la importancia “de un reequilibrado” en la cooperación económica bilateral, “a fin de crear las condiciones para una competencia justa y de mejorar la reciprocidad del acceso a los mercados”, señala el comunicado.
Los dos dirigentes expresaron su respaldo a la iniciativa multilateral ACT-A de apoyo a los países africanos en la pandemia de COVID-19 y Macron llamó a que China haga una contribución, especialmente con vacunas.
Además, el francés instó al régimen a apoyar la moratoria de la deuda de los países africanos, dentro de una iniciativa del G20, y de cara a una cumbre sobre este tema que tendrá lugar en mayo en París.
China ha sido criticada en el exterior en los últimos años por su política de conceder préstamos a países en desarrollo, a través de bancos chinos, para la realización de grandes proyectos de infraestructura, que son construidos también por empresas del régimen, lo que en ocasiones deja a los beneficiarios fuertemente endeudados.
Finalmente, Macron felicitó a Xi por los nuevos objetivos que se ha marcado China en reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de descarbonización de la economía.
Por otra parte, pese a que el miércoles el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, denunció un “sistema de represión institucionalizado” en el Xinjiang, durante una intervención ante el Consejo de derechos humanos de la ONU, Macron y Xi no conversaron sobre la situación de los uigures en la región china.
La embajada de China en Francia replicó condenando cualquier “injerencia en los asuntos interiores de otros países bajo el pretexto de los derechos humanos”.
