Más de 100 playas del nordeste de Brasil se enfrentan desde hace semanas con un problema: misteriosas manchas de petróleo cuya procedencia aún se desconoce.
«Es un volumen [de crudo] no constante. Si se tratase de un barco que naufragó seguiría saliendo petróleo. Parece que algo fue lanzado criminalmente» al mar, dijo ayer el presidente Jair Bolsonaro junto al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, en un breve encuentro con periodistas en Brasilia sobre la investigación en curso.
El lunes, el mandatario afirmó que las autoridades identificaron «un país que puede ser el del origen del petróleo» que se esparce por unas 132 playas, en nueve estados del nordeste, pero ayer evitó dar detalles sobre sobre el presunto responsable.