Fue una iniciativa de sacerdotes de Polonia para alertar a los fieles «de las malas influencias» de los textos. También se deshicieron de ediciones de Crepúsculo.
En una insólita ceremonia religiosa, un grupo de sacerdotes de Polonia quemó libros de Harry Pottery Crepúsculo porque consideraron que promueve la brujería en sus lectores.
El episodio quedó registrado por los propios fieles de una iglesia de Gdansk en una serie de fotos, que luego fueron publicadas en Facebook por la fundación católica SMS Z Nieba.
Según los sacerdotes, estos libros promueven la brujería en sus lectores.
Según los sacerdotes, estos libros promueven la brujería en sus lectores. En esas imágenes, se puede observar cómo los sacerdotes prepararon una fogata para destruir ediciones del best seller de la británica J.K. Rowling, como así también de las obras sobre el vampiro Edward Cullen escritas por Stephenie Meyer.
Ante la repercusión que tuvo el culto, desde la fundación argumentaron que la intención era alertar a los fieles contra «las malas influencias», ya que -según ellos- estos textos son una falta de respeto a Dios.
La quema generó un gran revuelo en las redes sociales, en donde cuestionaron que promueve la intolerancia. Crédito: SMS z Nieba, en Facebook.
La quema generó un gran revuelo en las redes sociales, en donde cuestionaron que promueve la intolerancia. Crédito: SMS z Nieba, en Facebook.Jan Kucharski, cura de la parroquia en donde se realizó el evento, detalló que la idea no era quemar libros, «sino objetos asociados a la magia y el ocultismo». En su defensa, explicó que también se deshicieron de amuletos, talismanes y máscaras. «Es tiempo de poner orden», recalcó.
Sin embargo, las explicaciones no calmaron la catarata de comentarios negativos que se viralizaron en las redes. Muchos usuarios cuestionaron la quema y señalaron que este tipo de actividades promueve la intolerancia en la sociedad.
El culto hasta generó una división dentro de la comunidad católica local. El reverendo Wojciech Parafianowicz, vocero de la diócesis de Koszalin, en donde tiene sus oficinas la fundación, sostuvo que el evento fue incorrecto. Aunque prefirió no polemizar y, en una entrevista radial, sí coincidió en que las ciencias ocultas y la magia «son de mala influencia para la vida humana». Por su parte, el episcopado polaco y el obispo local prefirieron no hacer comentarios, pero confirmaron los hechos.
