Stephen McKears es un jubilado británico de 72 años que empezó a dudar de su cordura cuando se dio cuenta de que en su pequeño taller se movían los objetos. El dejaba las cosas en un lugar y al otro día, sin que hubiera alguien, aparecían ordenadas en otro lado.
Cosas como tuercas y objetos metálicos aparecían ordenados en una cajita que el hombre tenía arriba de una mesa. McKears dejaba todo desordenado, pero a la mañana siguiente todo estaba en su lugar.
Con la ayuda un amigo, decidieron colocar una cámara para encontrar al «fantasma». Pero lo que hallaron fue tan inesperado como hasta «simpático»: un ratón mantenía limpio su taller.
“Lo más pesado que levantó fue una pieza de plástico y la cadena de un taladro eléctrico. Al principio no sabía qué era. Los chicos decían que era un fantasma”, dijo con humor.
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