La decisión del presidente de Guatemala, Jimmy Morales, de expulsar del país a la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig) que lo investigaba por presunta corrupción, ha sumido al país a en una grave crisis política e institucional. El mandatario se enfrenta a la Corte suprema -que exige el regreso de la Cicig- y a una población que lo repudia en las encuestas y en la calle.
En el exterior, el golpe autoritario de Morales ha sido rechazado por la comunidad internacional y Guatemala, uno de los países más desiguales de América Latina, está a un paso de quedarse sin las ayudas de Estados Unidos a modo de castigo. Paralelamente, la polarización amenaza con desbordarse a la calle, donde simpatizantes de unos y otros han radicalizado el discurso. CortesíaElpaís